Alicia López

Os dejamos ya el último post de la semana de la chica jugona. Muchísimas gracias a todas por colaborar!

¡Buenas! 

Me presento, soy Alicia, @Curioseame en twitter, y soy jugadora de mesa.

Comencé con esta afición de la mano de un mozuelo gracias a su Carolus Magnus de Colovini, y me subí al barco dispuesta a continuar descubriendo nuevos horizontes. 

En este tiempo tan escaso he probado muchísimos juegos y, como no sé muy bien cómo seguir, he decidido hablar de aquellos que me han gustado más y de los que me han gustado menos, por supuesto.

Entre mis favoritos, si somos unos cuantos, están el Ricochet Robots, el Power Grid y el Doom. El primero es un abstracto, hay que pensar mucho para mover a los robots de una posición a otra en el menor número de movimientos posibles. El segundo es bastante más conocido, donde tienes que controlar tu imperio eléctrico colocando las distintas estaciones en las ciudades correspondientes. El último, consiste en destruir criaturas provenientes del mismísimo infierno gracias a tu equipo de operaciones especiales.

Sin embargo, como el blog está dirigido a parejitas, hago una mención al Colonos de Catán de cartas, al Battle Line y al Twilight Struggle. El Colonos de Catán se apoya en la idea de construir tu reino mediante materias primas, bebiendo mucho del azar del dado. El Battle Line, de Knizia, es un juego extraño, mezcla de los juegos de cartas estilo Magic y el póker, difícil de describir en lo que pretendo hacerlo, así que recomiendo la prueba. Y el último, mi favorito, es sobre la Guerra Fría. Muy histórico, muy fiel, y muy emocionante, siempre y cuando no se pierda en la primera ronda.

Entre los juegos más «odiados» tengo el Danger!, el Mouse Chaos y, en concreto, el Battle For Hill 218 (para dos). El Danger! es puro azar, es un juego que se juega a sí mismo, mientras que el Mouse Chaos es incomprensible en reglas, dejando demasiadas cosas al aire. El Battle For Hill 218 no fui capaz siquiera de colocar correctamente una sola de las cartas que formaban el «ejército» necesario para ganar.

Por último, decir que los juegos no solamente se han quedado en la mesa, sino que han salido conmigo a la calle: