Juego de hoy: Kecke Frösche (Ranitas Traviesas)

¡Hola parejitas jugonas!

Recordando tiempo buenos en Portugal, y mirando a qué juegos no habíamos jugado aún, nos topamos con una pequeña cajita con un dibujo horrible. Y esa cajita en alemán con reglas en alemán que llevaba casi un año en la estantería nos llamaba como te llama un arbusto en llamas.

Así que hoy nos vamos a la charca con los coleguitas, a hacer cosas típicas de ranas como hacer graffitis, meter mano a medusas o hacer surf sobre tortugas. Hoy jugamos a Ranitas Traviesas (en realidad no tiene traducción real, pero el nombre es impronunciable para mi)

Nº Jugadores: 2 – 4

Tiempo de juego: 15 minutos

Creador: Peter Meugebauer

Empaquetado: Cajita de cartón duro, un inserto para separar las cartas de las fichitas de cartón de mosquitos. Pequeño, sencillo y nada en especial. Es pequeño pero no cierra bien, así que bueno, si lo querías portátil cómprate una goma.

Lo primero de todo deciros antes de que dejéis de leer esto es que el juego no está mal. Es divertido, al menos entretenido para 10 minutos. Lo malo son los dibujos. Y lo más raro es que son del gran Michael Menzel, que ha hecho decenas de diseños preciosísimos, con unos detalles y una calidad magnífica. Y luego estos diseños. No es que estén mal dibujados, es que son feos. Son horteras, no son graciosos si esa es su intención y hacen que la gente huya de este juego. Un muy mal acierto el diseño.

Imágenes de las ranas… ufff…

Lo segundo: hay dos versiones del juego, en plan familiar y en plan experto, con la inclusión de cigüeñas y cazadores de cigüeñas (pequeñas ranas vestidas de Indiana Jones).

Ahora vamos a la mecánica, que es bastante simple aunque en las reglas se complican mucho para explicarlo. Nosotros hemos necesitado de varias traducciones para pillarlas correctamente. Se ve que es difícil traducir del alemán.

En el juego tenemos cartas y puntos por zapateros. Los puntos los colocamos a un lado de la mesa. En el centro, ponemos los 3 ecosistemas: hierba (verde), río en la superficie (azul clarito), mar (por algún motivo) (azul marino). Dentro de cada ecosistema se encuentran cuatro tipos de ranas, con símbolos “graciosos”. Podrían ser números o cabezas de enano, pero los dejamos en ranas.

ex-presidentes
Ex-presidentes

Luego barajamos el resto de cartas (os explico primero la versión sencilla sin las cigüeñas) y las ponemos en la mesa.  Le damos una ranita a cada jugador que la coloque delante suya. Tenemos preparado el juego para comenzar.

El juego se juega en dos fases: día y noche.

En la primera vamos a ir sacando cartas de ranitas de la siguiente manera:

1-      Sacamos una gratis

2-      Sacamos dos si antes hemos colocado una carta en alguno de los tres ecosistemas.

Cuando sacas una carta la pones en uno de los tres montones que te tienes que hacer delante de ti, uno por cada ecosistema. La tenemos que colocar solapada a la anterior, y sólo podremos colocar en el ecosistema la que esté encima. Pero podemos colocar la carta que llega al principio o al final (siempre solapando en orden ascendente de izquierda a derecha).

Cartas de ranas para que se vean un poco los diseños

La idea de la primera parte es que cada vez que sacamos una carta que coincide con alguna de las que tenemos el nuestro propio montoncito del ecosistema te llevas un zapatero (que por detrás tiene de 1 a 3 puntos). Lo malo (o dificil) viene en la segunda fase.

En la segunda fase, la noche, puedes colocar de 1 a 4 cartas seguidas en el ecosistema que decidas. Sólo un ecosistema cada vez. Pero hay una reglilla más: Nunca puedes colocar dos ranas con el mismo símbolo seguidas. Esto es así tanto en el día como en la noche.

Cuando ningún jugador pueda colocar más, te restas un punto por cada carta de ranita que no colocases, y ganas un punto por cada punto de zapatero.

La diversión del juego radica en que en la primera fase te interesa llenarte tus propios montones para conseguir muchos zapateros (porque no hay demasiados, y cuando se acaben se acabaron); pero por la noche como no puedes colocar más de una rana igual al en la misma tirada, pues te interesa que las ranas similares estén separadas para quitarte muchas ranas del tirón.

PERO cuando el juego brilla (un poquito más) es con las cigüeñas. Cuando te sale una la colocas en un montoncito aparte. Cuando quieras la puedes colocar en un ecosistema, bloqueándolo. Al bloquearlo no permites que nadie ponga ranitas allí. Pero si se coloca otra cigüeña en otro ecosistema desaparece la anterior. Si sale un cazador de cigüeñas el jugador con más cigüeñas se descarta de una de su propio montón, sin importar quien sacase la carta.

Por la noche, el jugador que cogió la última carta coloca una segunda cigüeña del montón de las  descartadas en un segundo ecosistema. Por la noche siempre habrá dos ecosistemas tapados, así que si quieres controlar un poquito la partida más te vale guardarte algunas cigüeñas para la noche.

Cigueñas y hábitats

Lo malo del juego es que el azar define el orden de tus ranas y la adquisición de zapateros. Aunque puedes hacer números y probabilidades, la verdad es que puedes quitarte en el día ranitas que al robar vuelvas a sacar (con lo que pierdes el posible zapatero) y pueden aparecerte dos ranas iguales, que mejor será que coloques cada una en una punta (aunque gracias a esto ganas un zapatero).

Otro punto negativo es el hecho de que cada zapatero tiene puntos aleatorios, así que si te tocan los que tienen un 3 detrás, seguramente ganes con mayor facilidad.

El último es que no hay regla para el desempate.

Divertido es el juego con cigüeñas. Puedes controlar mucho la partida, hacer mucho la puñeta, atrancar objetivos que ves que tu pareja va a necesitar. O puedes colocar una rana que sea igual a la primera del montón del otro jugador para hacer que pierda un turno inevitablemente. El juego no es lo mejor del mundo, pero es divertido. Con dos hay bastante control y necesitas las cigüeñas como oro en paño, así que más te vale reservarte unas cuantas. Un juego curioso y la verdad ha sido una alegría poder probarlo y lo pasamos muy bien jugándolo. Menos mal que ya le quitamos el polvo y lo sacamos de su fría estantería al calorcito de la mesa camilla.

Opinión de Farko: Es un juego de cartas que si bien no hubiera comprado en un primer momento, estoy encantado de tenerlo. Es facil, tontorrón pero entretenido. Es sencillo que se repitan varias partidas. Yo creo que a dos es el número perfecto, ya que el control dentro de esa nube borrosa de azar es menor.

Opinión de Fayzah:  Las horribles ilustraciones echan un poco para atras,  junto a la dificultad para encontrar las reglas en español. Pero una vez superado esto, es un juego muy divertido, tontorrón pero no demasiado y con tensión desde el primer momento.

Enlaces a cositas super interesante y megachanchis:

Enlace en la BGG del Ranitas Traviesas

Reseña (en portugués, aunque sirve para ver bien las mecánicas, y porque este tío escribe genial y es superguapo) en JogoEu

¡Hasta la próxima entrada!

3 comentarios en “Juego de hoy: Kecke Frösche (Ranitas Traviesas)

  1. Será que no le había puesto más atención a este tema antes, porque antes de sacar el Swamp Snacks, la única referencia lúdica de ranas que tenía era el «Frogger» para el Atari (¿1986?), y ahora en algunos días ya va éste y otro de Wkr que mete adentro de un frasco de remedios.

    Bueno, será…

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  2. Gran reseña, aunque si en lugar de poner fotos hubieráis hecho vosotros unos dibujos el juego llamaría más la atención. XD

    La verdad es que a veces reseñáis cosas que parece que las hubieráis sacado de algún mercadillo escondido de un pais desconocido, porque ya no es sólo que no me suenen, es que son raros hasta decir basta.
    Siempre es bueno que haya un blog que se aparte del mainstream. 😉

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  3. Menuda reseña a un juego que pasa totalmente desapercibido entre los fillers, debe ser un chorri juego bastante divertido pero me da la impresión que gustará más a niños que mayores.

    Un saludo parejita.

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