Proto-Juego de hoy: Mondrian

¡Hola parejitas jugonas!

Mondrian era un señor que se dio cuenta que si el cubismo funcionaba, el rectangulismo tenía que petarlo, así que decidió hacer cuadros basados en proporciones, colores y composiciones variadas de rectángulos de colores. Vamos, un máquina. Hoy echamos una partida a un juego basado en su obra. Hoy jugamos a Mondrian.

Nº Jugadores: 2

Creadores: Isra C. y Shei S.

Tiempo de juego: 25 minutos, aunque se hacen cortos.

En el juego contamos con 24 cartas que formarán el tablero, tres cartas iniciales para cada jugador, 5 dados para cada jugador (de diferente color) y una carta de ayuda para cada uno.

Para comenzar, entregamos las tres cartas iniciales a cada jugador (son tres cartas blancas con un 1, un 2 y un 3) y le damos 2 dados a cada jugador, dejando los otros tres en una pila común. Luego montamos el tablero, creando una cuadrícula de 6×4, intentando mantener las cartas juntitas y que no quede mucho hueco entre ellas. Vale, con todo esto ya listo, podemos empezar a jugar.

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Las cartas representan cuadros (de uno a seis rectángulos en cada carta) de diferentes colores. El objetivo es conseguir la mayoría de los distintos colores, así como las cartas con mayor valor.

El juego se compone de 4 rondas, en las que iremos añadiendo dados y reglas de lanzamiento… ¡Ah! Es verdad, se me olvidaba decirlo. Este juego funciona con la mecánica de lanzar los dados hacia el tablero… original. En cada ronda iremos añadiendo nuevos dados y nuevas reglas, así que iremos complicando un poco la cosa.

En la primera ronda tenemos dos dados y dos formas de tirar: con la mano derecha como si dieras un brochazo sobre el tablero (se siente, zurdos) y haciendo «flicking» (que es darle un golpecito con el dedo, como si jugaras a las chapas). El dado lanzado mediante flicking se debe tirar desde unos 10 centímetros desde cualquier borde del «tablero» compuesto por las cartas, y tienes dos intentos. El segundo intento nosotros solo lo hemos dado si no has movido nada del tablero, si ya has perjudicado, no vuelves a tirar. Recordad, un dado de cada manera.

En la segunda ronda añades un dado y ahora debes tirar uno de los dados con la mano izquierda (se siente, diestros), como si dieras un brochazo sobre el tablero.

En la tercera ronda el nuevo dado se puede tirar desde arriba, a unos 10 centímetros de altura, dejándolo caer.

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En la última ronda debes tirar un dado como te de la gana, pero con los ojos cerrados.

Cuando terminamos de lanzar los dados, toca comprobar qué cartas están tocando. Si el dado ha caido en el 5 y está tocando una carta con un 6, esa carta solo te la podrás llevar si das de tu mano (con las cartas iniciales o alguna de las cartas conseguidas después) una carta que, sumada a tu dado, iguale o supere el valor de la carta. Vamos, que si sale un 2 sobre una carta de 5, tienes que pagar 3 o no te la llevas. También puedes sumar el valor de varios dados del mismo color que hayan caido sobre la misma carta. Eso sí, si tu dado es mayor o igual que el valor de la carta sobre la que ha caído, te llevas la carta gratis. Un lujazo cuando sale.

Si varios jugadores caen sobre la misma carta, el que tenga el dado, o combinación de dados mayor, se lleva la carta. En caso de empate, esa carta no es para nadie.

Cuando acaba la cuarta ronda, cada jugador cuenta el número de cartas que tiene. Aquí viene un punto interesante: se usan para puntuar tantas cartas como el que MENOS cartas tenga, y solo si con ellas se puede formar un rectángulo. Si no, se eliminará otra carta para poder hacerlo. Es decir, si el que menos cartas tiene es cinco, se elimina una carta para poder hacer un rectángulo (no tiene que ser regular, únicamente un rectángulo).

Los jugadores montan su cuadro con las cartas bocabajo. Pueden elegir de entre las cartas que tienen en la mano. Cuando terminen, se levantan las cartas y se comprueban las mayorías.

El que tenga mayoría de rectángulos azules gana tres puntos, el que tenga mayoría de amarillos cuatro puntos, mayoría de rojos cinco puntos, mayoría de negros seis puntos. Sumamos además todos los números de nuestras cartas. El que tenga más puntos, gana. Si hay empate, el que tenga más cuadros blancos. Si vuelve a haber empate, te echas otra.

Vale, esperamos que leyendo la reseña os haya quedado claro, porque es sencillo saber si te va a gustar o no el juego nada más oirlo. ¿Qué tiene el juego? El juego tiene mucha interacción, pudiendo empujar los dados del otro jugador, intentar lanzar con pericia para apropiarte de la carta de otro.

El cuadro final

El juego además llama a tu lado tontuno, disfrutando de no tener control, de disfrutar con la suerte de que salga un seis y quejarte de las malas tiradas, reirte del resultado del lanzamiento y pasarlo bien.

Pero nunca todo es felicidad. Dos formas de tirar no funcionan demasiado bien. Con los dados que NOSOTROS hemos escogido (los trasparente de Ligretto Dados), los dados… no ruedan. También estamos en una mesa de cristal, que puede que influya, pero vamos, que si colocas el dado en la cara del 6 y lo lanzas con cuidado, te aseguras conseguirte una jugosa carta. Esto es un prototipo, y entendemos que en un juego publicado, se comprobaría que los dados incluidos giren. Seguro que con dados un poco más pequeños, o de madera, giran más.

La otra mecánica es la de tirar con los ojos cerrados. Es una cosa que te hace gracia la primera, primerísima vez, que lo haces. Pero debido a que, normalmente, tienes poquito control sobre dónde o cómo van a caer los dados, tirar con los ojos cerrados… digamos que no tiene efecto alguno sobre el juego, a menos que te levantes, des dos vueltas a la mesa con los ojos cerrados y luego intentes tirar y todos nos riamos del tío mareado que acaba de convertir el dado en un hielo del cubata.

Más cosas. Las reglas son muy claras, llenas de ejemplos y fáciles de explicar en un minuto. Viene fantástico, porque casi que tardas lo mismo en leer esta reseña que en leer las reglas. Muchas fotos y ejemplos, es genial.

Cosas negativas… negativas… ah, aquí hay otra. La carta «de ayuda» de cada jugador… es de poca ayuda. A ver, es de ayuda, pero, por ejemplo, para nosotros, de mentes cortas, nos cuesta más recordar la puntuación que otorga cada mayoría (que además, estaría bien tener escrito cuántos cuadros de cada color hay) que las maneras de tirar el dado. Pero vamos, eso se arregla fácil.

Otra cosa: la mecánica de cambiar cartas por cartas más gordas añade un puntito de diablura en el juego. A veces, es mejor quitarte cartas que ya no vayan a darte mayoría (porque el otro jugador tenga todas las de ese color), ya que obligarás a que el cuadro se haga con menos cartas, y poder aprovechar a rellenarlo con cartas de más valor.

Pero en ese mismo respecto, ojalá el juego añadiera un toque puzzle con la creación del cuadro, puntuando únicamente el cuadro de un color CONECTADO, así añadiría un toque más, pero vamos, no es una crítica en sí porque no es parte del juego. Pero que molaría verlo implementado.

Nada más que añadir. Un juego sencillo, divertido, que seguro que los niños y adultos lo disfrutan por igual, con unos fallitos mínimos y que se pueden arreglar facilmente. Nosotros lo hemos pasado bastante bien jugando, pero es que nos gustan este tipo de juegos con mecánicas raras.

Podéis descargar el juego desde su página web.

¡Hasta la próxima entrada!

 

18 comentarios en “Proto-Juego de hoy: Mondrian

  1. Muchas gracias por la reseña chicos!!! Me alegro un montón de que os gustara 🙂 Como aviso a navegantes, esta tarde estará disponible en la página, que me pilla en el trabajo y no lo hemos podido subir aún (nos estamos quitando las legañas con la nueva página todavía 😀 )

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    1. ¡Buenas Patricia! Estamos actualmente trabajando en ver cómo adaptarlo a más jugadores simplemente añadiendo algunas cartas y «quitando» algunos dados. Cuando lo tengamos listo ya avisaremos por la web :D. En cualquier caso si tienes alguna idea o quieres sugerir algo siempre puedes contactar con nosotros desde la web 🙂 🙂

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  2. La reseñabque habéis hecho es hipercompleta. Hace unas semanas vinieron a Granada Isra y Shei y pudimos probar el juego. Bueno, jugaron Gwen y Shei excepto por un momento en el que me decidí a «meter msno»

    Como en la petanca o el Cronicole( o como se diga) tú puedes desplazar un dado del rival, si lo golpeas con un dado tuyo. Esto es arriesgado puesto que tu dado puede acabar donde no valga para nada…

    En mi caso, me colé en medio de la partida y usé un dado de Gwen para golpear uno de Shei, sacar de esa zona al dado, convertirlo de un 6 a un 1 y mandarlo donde necesitaba un numero alto. Buajaja. Shei creo aun me odia.

    Me gustó que tras un juego «Chorra» se esconden ideas muy complejas… Cuando te interesan cambiar cartas menores por mayores? Voy a por los dados de mi rival o juego a lo mío?

    La única cosa es que me vino muy bien la explicación , en persona, de Isra y les diré que se hagan un vídeo y lo pongan en la web , porque creo puede venir genial para entenderlo.

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¿Y tú que opinas?