Proto-Juego de hoy: Race Wars

¡Clacking! ¡CLACHINGANG! ¡PUM! ¡PUJ PUJ! ¡FIUUUU… BROOM!

Así describimos desde la boca de uno de los jugadores (no diremos cual… pero empieza por F) una partida del juego de hoy. Una batalla épica entre distintas razas de la tierra media (entre media y «está para dar el estirón»). Hoy jugamos al Race Wars.

Nº Jugadores: 2 (¡bieeeeen!)

Tiempo de juego: 40′ o 70′ (dependiendo del estilo de juego que elijas, lo cual se agradece mucho)

Creador: Jon Chocarro

Los componentes del juego son bastante sencillos de montar (y encontrar en el caso de los dados). Básicamente son 12 cartas de ejército por persona (numeradas del 1 al 12), un buen puñado de dados (unos 25 quizá, quizá unos pocos más), unas cuantas cartas de terreno (no obligatorias, pero le dan un toque bastante chulo al juego) y un tablero de juego. Este último es la parte más complicada de montar, pero con forro de libro y un poco de paciencia, se puede montar algo así:

Básicamente son 6 partes, 4 de ellas del tamaño de un A4 y otras dos que son la mitad de un folio. Abres un poco de papel para forrar libros auto-adhesivo, colocas las hojas poco a poco, y luego lo repites con mucho cuidadito para el otro lado. Al final conseguimos un tablero grandote y muy bonito, que se puede enrollar para guardarlo.

¿Y cómo se juega?

Pues las reglas son bastante sencillas (y bastante bien explicadas).

Comienzas escogiendo un ejército (hay ahora mismo 12, pero puede que sigan creciendo) que contiene 12 cartas numeradas del 1 al 12 (de menos guay a ultra chachi). Las colocas las 12 en tu lado del tablero como te de la gana (las reglas nos ofrecen muchas variantes de colocación y formas de jugar). Luego se elige el primer jugador, y así empiezas a jugar. Si quieres, puedes colocar trocitos de terreno (que da habilidades especiales a las unidades que allí se encuentren o ayudan a que las unidades o los personajes (a veces las cartas son personajes con habilidades geniales, como asesinos, generales o vampiresas).

El primer jugador tira tres dados (a menos que tu raza tenga una habilidad especial que indique lo contrario), y con esos dados puede ir activando sus cartas. Las cartas se activan consiguiendo el número de su carta con los dados o sumando los resultados. Por lo tanto, pon el 6 y el 8 en un sitio cerquita para que se active (que saldrán con más frecuencia), aunque no es muy dificil activar un 1, pero sí bastante activar un 12 (a veces… hay veces que… bueno, digamos que el general no para de reventarte los soldaditos). Al activar una carta, esta se mueve (se mueve siempre al principio o no se mueven si tu no quieres), ataca (si puede o quiere) y acaba el turno. Luego, si aún tienes dados sin usar, puedes activar otra carta (u otra vez la misma), y seguir hasta que se te acaben los dados. Luego le toca el turno al otro jugador y así hasta que se cumpla el objetivo que halláis marcado al principio de la partida.

Mover: se mueve siempre de manera ortogonal. Tantos espacios como indique la bota.

Volar: básicamente, vete a donde quieras ir del tablero. Mola mucho poder volar.

Atacar: se divide en ataque a distancia o ataque cuerpo a cuerpo:

A distancia: puedes disparar siempre que tengas línea de visión (es más fácil de explicar jugando que leyendo las reglas). Puedes disparar en cualquier dirección, incluso en diagonal. Tira tantos dados como indique la carta.

Ataque cuerpo a cuerpo: si estás posicionado de manera ortogonal a otra carta de bicho (o en diagonal si esa unidad lleva lanzas o cosas con palos largos). Tira tantos dados como indique la carta.

El ataque es bastante sencillo, y suele basarse en el número de personitas te queden vivas en el ejército, o en la fuerza del chico que ataque. Muchos dados y algo de suerte. Tienes que superar con cada dado la defensa de la carta a la que atacas para ir haciéndole heridas. Todas las cartas tienen 6 vidas. Lo hace fácil de memorizar.

Los objetivos de la partida pueden ser:

A 20 turnos (nuestro favorito): se juegan 20 turnos (marcarlos con un dado de 20 caras lo hace más fácil) y el que más puntos haya matado del otro gana (los puntos se representan por el número de la carta, es decir, que si has matado el general del ejército, te agencias 12 puntos). Este dura 40′-45′. Ayuda mucho a hacer decisiones siempre intentando sacar la mayoría de puntos que puedan, aprovechando cada movimiento.

A destruir la mitad del ejército: el ejército tiene 78 puntos, así que a 40 puntos siempre que le saques 10 de ventaja. También más cortita la partida y te ayuda a elegir bien a tus objetivos. Este dura 40′-45′ también.

A matar al general: esta nos gusta un poco menos, porque centra mucho la atención hacia una sola carta, y porque las unidades voladoras tienen ventaja en este estilo de lucha.

A destruir al otro ejército completamente: la forma más larga de jugar y quizá la que más le guste a algunos. Nosotros preferimos breve pero intenso.

Y esto es casi todo lo que necesitas para saber jugar. Las cartas luego tienen algunas habilidades especiales (no demasiadas, fáciles de aprender) que hacen a los distintos ejércitos más variados. Cada ejército tiene un estilo de juego, y unas ventajas y desventajas que hay que tomar muy en cuanta a la hora de jugar (si eres más o menos rápido, la fuerza de ataque y demás).

Un BUEN puñado de dados

El juego (como lleva dados) es bastante más táctico que estratégico. No puedes planear demasiado delante de tus movimientos, porque los dados pueden no darte la razón. En cambio si te gusta ajustarte a lo que te destina el azar (a nosotros nos gusta esto), es un juego perfecto para echarse una partida muy intensa, muy divertida, y no demasiado extensa. Las mecánicas son muy sencillas, y las reglas fáciles de memorizar y bastante lógicas. Tiene muchas opciones de juego (empezar con el ejército bocabajo, o meter condiciones atmosféricas a la partida). Teniendo entre doce ejércitos, así que hay mucho donde elegir y muchas cosas que probar (elfos, orcos, enanos, humanos, no-muertos…). No es un juego que se agote rápido.

Y como no hemos recibido ninguna espada forjada en un monte molón, hay que decir alguna cosilla menos a favor. Primero, la regla de visión, que cuesta (o nos cuesta) un poco pillarla. Esto es debido a que el tablero es cuadrado y la regla de visión creada para una visualización circular, que aunque más lógica (porque es más  lógica) da a veces algunos dolores de cabeza para discernir con claridad si eres capaz de ver a ese objetivo detrás del muro. Otro punto es que se agradecería en las reglas una tabla para las habilidades, que aunque sencillas, las primeras partidas tienes que consultarlas alguna vez. Por lo demás, nada que objetar.

Opinión de Farko: Un juego sorprendentemente divertido. Recuerda a muchas cositas, pero a la vez a ninguna en particular. Une varias mecánicas para dar algo fresquito, no demasiado duro para el coco pero con suficiente intríngulis para hacer que se te pase la partida volando. Los dados no son un gran problema, y suelen ser justos en teoría (a ver, es más probable herir con 6 dados que con uno, aunque la suerte te la juega como siempre).

Opinión de Fayzah: Un juego de esos de matar bichos con dados. Un poco frustrante con los dados, pero no mucho. Sienta muy bien destruir unidades enemigas de un sólo golpe (de suerte), y siempre recompensa al más táctico. Se hacen las partidas muy ligeras e incluso dejan regusto de venganza.

 

Para la descarga, os enlazamos con el box del autor, para que podáis ir actualizando vuestro juego según lo haga él:

https://www.box.com/s/4f0dc5d4f4cac6c0d49f

Desde aquí podéis descargar los 12 ejércitos (que se dice pronto), el tablero y los terrenos. Los ejércitos son bastante baratos de construir y montar, y todos tienen una hoja de ayuda con las habilidades de los mismos. Los dados ya os los agenciáis vosotros de los chinos pintados con pintauñas o empezáis a registrar todos esos juegos que no usáis. En realidad no importa mucho el color de los mismos.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Disculpad la tardanza, pero necesitamos más tiempo para probar este juego en el que las partidas eran más largas, y en construir algún otro que queda por llegar. Agradecemos vuestra paciencia.

¡Hasta la próxima entrada!