Evangelizadores y evangelizados

¡Hola parejitas jugonas!

Desde que empezamos a jugar a esto de los juegos de mesa hemos intentado añadir a nuestros amigos. Es decir, que llevamos el mismo tiempo siendo jugones, que siendo, usando ese término que tanto gusta, “evangelizadores lúdicos”, también conocidos como “los amigos de los juegos”.

Pero no todos los evangelizadores son iguales, oh, no señor, así como no todos los evangelizados lo son tampoco. Hoy os traemos, en tono humorístico, una lista de los casos más recurrentes que nos hemos encontrado.

EVANGELIZADOS

El “conejo con incontinencia”

¿¡NUEVO JUEGO!?

Este jugador es el que tiene grandes expectativas con los juegos de mesa. Suele ser joven y activo, y espera descubrir grandes cosas. Recibe cada novedad que llevas con alegría, nerviosismos, energía y quizá un poco… demasiado… entusiasmo. Este suele ser el que en un mes se ha comprado media tienda online de segunda mano, y te empieza a traer juegos a ti para que los pruebes.

El “yo he venido a jugar, pero no a jugar, jugar

¿Otra ronda?

Tú con todas las ganas del mundo te llevas un juego, con todas las ganas lo abres, lo montas, lo sacas, lo pules, lo limpias, te preparas las reglas, te remiras las FAQ’s, solo para que este especímen te diga: pero hombre, a mi sácame algo sencillito. ¿No tenéis una baraja de cartas? Esta frase, aunque desconsoladora, al menos te da un sitio donde ajustarte a la hora de llevar juegos. Por desgracia, ese consuelo no seca las lágrimas sobre las losetas de tu juego mientras los devuelves a la caja.

El “no me lo voy a pasar bien, pero tú tampoco”

¡No escaparás!

Esta… persona… suele ser la pareja de alguien. Ese alguien quiere jugar como el comer, pero su pareja desea ver su vida convertida en un montón de excrementos complacientes con todos sus deseos, así que intentará lastrar hasta el fondo de las oscuras profundidades cualquier fuente de diversión de su pareja que considere “demasiado infantil” o “estúpida”. Esto… suele incluir los juegos de mesa, aunque también otras formas de diversión como “beber cerveza”, “jugar al billar” o “respirar ligeramente deprisa”. Es un ser fantástico al que tener sentado en tu mesa, con cara de estreñimiento y las mismas ganas de jugar que un erizo sentado en unas brasas. Si algún día se desprende de ese parásito de felicidad, quizá consigas a alguien genial para jugar… pero hasta entonces…

El “bromas traigo, y para mí no… CIERRA TU MALDITA BOCAZA”

«Te cambio una oveja por una paja»

Este… este… este es de los que más me cuesta aguantar. No solo porque no para de hacer bromas con CADA regla que explicas, no solo porque interrumpe la explicación porque “no lo has dicho” o “no me he enterado”, no solo porque corta la partida porque “no lo has dicho, de verdad” o “es que yo no me entero de esto”, no… es que si al menos TUVIERA GRACIA, podría soportarlo, pero este hombre sacaría un “Necesita Mejorar” en la escuela de payasos. Santo cielo, ¿se puede ser más cansino con menos? El hacerse el tonto durante la partida, putear a placer, joder la experiencia… todo marca de la casa. Cuando encuentres uno de estos… HUYE

EVANGELIZADORES

El “mi juego, mis normas, mi estilo”

¿¡Te crees que hemos venido aquí a jugar, novato!?

Este tipo de jugón es un tío serio, respetable, que dice: “aquí hemos venido a jugar. Para hablar, a la calle”. Es un señor con una caja y ganas de divertirse “como debe hacerse”. Ni una bromilla se puede soltar en la partida. Ni media carcajada en un juego sesudo. Vamos, que parece que fuera la primera vez que oye la palabra “humor” sin el “vítreo” a continuación.

El “novedades frescas”

En una semana, habrá desaparecido, como lágrimas en la lluvia…

Cada semana con él es un juego nuevo. No hay manera de llevarle la el ritmo. No hay manera de repetir. Cada semana ha hipotecado otro trozo de su casa para traer la última novedad de a saber qué feria, todo lleno de cartulinas en español y un quintillón de reglas. Y sabes que lo hace con ilusión, pero a ti te gustaría volver a echar una partida a ese jueguecillo corto que trajo aquella vez… aunque seguro que ya lo ha vendido para comprar otra cosa nueva.

El “amigo de la pareja”

Quizás «tú» no lo entiendas, pero es muy fácil…

Este tío se las da de gracioso, y además sospechas que no le caes muy bien. Te mira con rencor, como diciendo “es tu culpa que no juguemos más a esto”. A ti te gusta jugar… a casi todo, pero es que los juegos que se trae a tu casa (o peor, que tiene en su pocilga de casa) son horrendos. Aburridísimos. Pero bueno, todo sea por hacer vida social con los amigos de tu pareja. Pero es que vendría bien una ducha y salir de vez en cuando de la cueva. Y el juego no está mal, aunque hay cosas que parece que no explica bien.

El “repetidor”

Y ahora con la expansión y las reglas opcionales.

Otra semana, y el mismo juego. Tú quieres probar cosas nuevas, que se traiga alguno de esos 300 que dice tener en su casa, pero nada. Él dice que quiere probar nuevas estrategias, o no sé qué, pero tú lo que quieres es ver cosas nuevas. Al final tendrás que acabar comprándolos tú mismo para que él los pruebe, porque como va la cosa, la semana que viene vuelve con el mismo eurogame, a probar otra estrategia nueva que “ha leído por ahí”.

¡Hasta la próxima entrada!

12 comentarios en “Evangelizadores y evangelizados

  1. jajaja cómo se nota la experiencia en este post! Cuantas partidas con fauna diversa ehh!! Lo mejor es que, incluso una misma persona puede encarnar los distintos estadios psicologicos dependiendo del momento jugón en que se encuentre 😛 Precisamente hoy he publicado un post sobre juegos para evangelizar! Saludos!

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  2. Jejeje, muy amena entrada!
    Me sumo a lo que dice Dario; hay mezclas en los tipos de jugones, pero es verdad que hay muchos patrones que se repiten.
    De los que más he visto son el del conejo con incontinencia… mucho «jovenzuelo» demasiado flipao/ilusionao y pillándose cosas a mansalva.
    Y el de «no me lo voy a pasar bien, ni tú tampoco» tb lo he visto mucho, desgraciadamente casi siempre encarnado en la misma persona, la novia de un colega, que en la mayoría de partidas iba por algún jugador a jierro (y en muchas de ellas contra su novio). Y en otras jugaba beneficiándole completamente. Eso sí que era pa mear y no echar gota. Merece capítulo aparte; los jugones que juegan para otro (de este subtipo he visto mucho tristemente).
    Bueno, y el de «novedades frescas» también. Sé de un par de jugones que creo que 1/3 del sueldo se lo gastan en juegos. No hay novedad que no tengan.

    Saludos!

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    1. Las parejas de nuestros amigos no las podemos elegir… ains… que cansancio de algunos y algunas por ahí. Y lo bonito de tener sueldo es poder gastarlo, aunque también veo triste apenas jugar a nada. En la mezcla moderada está el gusto 😛

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  3. ¡Muy buen post!

    En evangelizados hemos echado en falta el que quiere jugar, te mira atento como si te entendiera cuando le cuentas las reglas, todo es como de color de rosa… Hasta que se empieza a jugar y se pone a mirar el móvil, se levanta, se va al baño, te mira como una vaca viendo pasar el tren y, cuando finalmente le dices que no se está enterando y que si no quiere jugar que no pasa nada, que lo entiendes, se hace el ofendido.

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  4. Impresionante articulo…yo tengo uno de manual…mi CUÑADA,nada no hay manera,no puede ver a mi hermano disfrutar con la famili…utiliza mil trucos,deja los niños cerca de la mesa,pone carasss,me duele esto,queda mucho?????los niños no hacen siesta hoy????CANSINAAAAAA

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¿Y tú que opinas?