Proto-juego de hoy: Feudalia

¡Hola, parejitas jugonas!

Hoy nos ha llegado de manos de la editorial el proto-bebé de un juego que lleva años pululando editoriales y que por fin ha encontrado su hueco en Abba Games. Un juego que mezcla la creación de mazos junto con mecánicas de juego euro de cubitos. Hoy jugamos a Feudalia.

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Nº Jugadores: 2-4 jugadores

Creador: Fernando Abad

Diseño: Chechu Nieto

Editorial: Abba Games

En Feudalia nos ponemos en el lugar de dueños de tierras que estamos apoquinando perras para construir una catedral en el centro del pueblo, que solo hay una plaza vacía y había que hacer algo para que diera sombra. En el juego contrataremos a vasallos que nos ayudarán a prosperar en nuestras tierras para poder mejorar nuestras inversiones a la catedral, y dejar allí una tumba bien grande por donde la gente pase en el futuro y diga: mira, andando sobre muertos.

Primero de todo, un aplauso grande a Chechu Nieto, que se ha currado una cantidad brutal de personajes distintos (aunque no hay muchas mujeres, pero bueno…) para decorar el juego que de por sí es un poco seco de tema. Las ilustraciones son de corte algo caricaturesco pero sin llegar a ser rollo gracioso, se distinguen bien y son la mar de majas. Precioso el diseño.

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Ahora vamos a cómo se juega. Primero elegimos uno de los distintos escenarios, que deciden las cartas iniciales, el “pool” de cartas que podrás comprar así como si añadir cartas de variantes de una misión o caso especial. En la variedad está el gusto.

Con nuestra barajita de cartas, el juego consiste en lo siguiente:

Tenemos cinco cartas en mano y las podemos utilizar como una acción (de feudo o en medio de la mesa, depende del tipo de carta) o como dinero (algunas cartas generan más dinero que otras). Las cartas de acción en mesa se puede jugar una, a menos que otra carta te permita repetir acción. Las cartas de feudos se juegan… en los feudos, en los tres que tienes. Algunas cartas te piden ponerlas en un feudo específico, otros cambian de habilidad o hacen cosas distintas según en el feudo que los colocas. Los feudos son de un solo uso por turno, aunque se pueden ir mejorando para ampliar los huecos.

También podemos comprar cartas de la mesa, tanto de burgueses como especialistas, solo si tienes un feudo avanzado con zonas VIP, o comprar cartas que añadir en tu baraja para ampliar las acciones disponibles y montarte tus combos.

El objetivo del juego es apoyar la catedral, y esto lo hacemos añadiendo cubitos y tomando puntos por añadirlos. Poner los cimientos de barro, añadir madera y piedra y darle al final, con el uso de las cartas de maestros, los últimos retoques.

El juego tiene un montaje de este tipo de juegos, hay que echar un momentito en colocar las cartas y repartir. No es exagerado si está todo bien ordenado.

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Aprender las reglas no te lleva mucho tiempo, más aún si ya has jugado a juegos de construcción de mazos, y quizá solo tiene que quedarte claro un par de conceptos, como que los cubos que se generan en un feudo se quedan en ese feudo.

En cuanto a sensaciones, nos encontramos de primera mano con un eurogame. Es un juego de generar combos para generar cubitos. La optimización de cómo los generes, la velocidad a la que lo hagas y la eficiencia, te permite adelantar en la carrera de puntos a tus rivales. Debido a la cantidad de puntos y el cómo están distribuidos, un jugador no puede adelantarse al comienzo de la partida, sino que debe seguir dando el máximo de su mazo hasta el final. En la tercera fase, si uno de los jugadores no ha pulido su baraja, sí que puede verse un claro vencedor, más aún por el hecho de que los puntos se encuentran visibles y es fácil contarlos.

Hay una carta que merece especial mención, porque es la mecánica que más cambia y caracteriza este juego, razón por la que quizá corone la portada. El recaudador es una carta que introducida al comienzo de la partida, aparece una vez por vuelta de mazo, que es obligatoria de usar y que acarrea consecuencias negativas. Básicamente esta carta elimina la mitad de tus recursos y tienes que tener cuidado y prevenir su aparición, lo cual no te permite acaparar demasiado en los feudos. Esta carta viene con una cosa buena, y otra que nos gusta un poco menos. La buena es la tensión, la sensación de no poder cebar los combos, sino que tienes que ser ágil y aprovechar cada turno al máximo, sin poder guardar mucho para posteriori (algo parecido a la mecánica de guardar monedas). La parte quizá menos positiva es que rompe, aunque quizá es bueno, normas preestablecidas de los juegos de crear mazos.

Mientras que en un juego de crear mazos buscamos tener pocas cartas y que se aprovechen al máximo los combos, al tener al recaudador siempre al acecho, se muestra como provechoso, es más, el mismo manual lo señala, cebar la baraja, creando más distancia entre una vuelta y otra, evitando que se creen combos limpios. Lo malo es que no favorece eliminar cartas, sino acumular sin sentido, postergando la aparición de la maldad. Repetir un mismo combo de cartas una y otra vez en la baraja con tal de no ver la cara de buitre en la carta roja. Duele mucho cuando tienes la jugada preparada para el turno siguiente conseguir un puntillo o dos, y que aparezca el señor este y te robe el turno. Hay que saber adaptarse.

La mecánica de guardar monedas de un turno a otro, en la que se abre un agujero en el monedero y se caen monedas por el camino, viene bien para no prepararte demasiado los turnos. Viene bien para evitar preparar un turno destructivo que acapares todos los puntos, pero también enerva un poco cuando el turno destructivo lo quieres dar tú.

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Pero hay algo distinto, algo que no tiene ninguno de los otros juegos. Este juego tiene mucha gestión en la mesa, tiene mucho de aprender a jugar, de saber lo que comprar dependiendo del escenario, de cómo adaptarlo a lo que hacen los jugadores. No hay mucha interacción directa (BUENO, en algunos escenarios… guiño, guiño), pero no puedes dejar de mirar y ver qué hacen. Si los jugadores están convirtiendo paja en madera, no te centres en el combo que te va a dar dos puntos de un solo golpe, que por bueno, puede que no llegue a tiempo. No te pares a crear tu propia baraja, mira mucho lo que se hace, mira lo que hacen los demás, cuándo aparece su recaudador, cuándo la baraja da la vuelta. Concentrarse en los turnos de los demás es importante. Lo “malo” de esto es que no se hace evidente las primeras partidas, cuando haces las cosas un poco al azar. Os recomendamos jugar varias veces cada escenario antes de pasar al siguiente.

¡Hasta la próxima entrada!

3 comentarios en “Proto-juego de hoy: Feudalia

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